Alea jacta est...
Terminamos el año con una pena y lo comenzamos con otra...
No entiendo como funciona la vida, creo que nunca lo voy a hacer, pero trato de aceptar las cosas como son y no estar cuestionando todo, como solía hacerlo hace un tiempo atrás.
El 29 de diciembre murió el papá de un amigo. Un hombre joven, de poco más de 40 años, orgulloso de su familia y que compartió con la mía el viernes antes de partir.
Nos invitó a su casa en el campo y celebró la titulación de Sebastián, su hijo, con una alegría enorme, el martes, ya no estaba. Una negligencia en el trabajo, accidente laboral que se lo llevó.
Hace algunos días operaron a la pareja de una gran amiga de mi mamá. Él era amigo de mi papá y fue en una fiesta en casa de mis viejos que se conocieron. Fue amor a primera vista, ambos estaban casados y con muchos problemas, tardaron en separarse y decidir vivir juntos. Él estuvo viviendo con su señora hasta que su hijo se tituló y, cuando sintió que dejaba todo listo, se fue con la tía Elvira para formar una nueva familia.
Vivieron juntos 11 años y cuando los mirabas, sabías que estaban tan enamorados como el primer día. Tenían problemas, discutían, pero siempre encontraban motivos para reir juntos.
Como dije recién, hace unos días operaron al tío Ruben de urgencia porque tenía la vescícula rota y una peritonitis; estuvo muy mal, pero poco a poco salió adelante. Anteayer lo llevaron a la sala de cuidados intermedios y el martes de la próxima semana le daban el alta. Estuvo con la tía Elvira todo el día, a las 9 y media de la noche sufrió una caída en el baño del hospital y falleció.
Pudo hablar con todos los que quería, pero mis papás no lo alcanzaron a visitar...
Cuando pasan estas cosas, es cuando dejo de planificar. No encuentro sentido a guardar cosas o sentimientos que pueden quedar congelados para siempre por el miedo, pero lo hago a diario. Trato de decir las cosas buenas y de no guardarme los te quiero, pero siempre termino haciéndolo, porque pienso que hay tiempo para decirlo después, pero ¿y si no lo hay?
Alea jacta est, las cartas están echadas, todos vamos con el reloj hacia atrás y es mejor aprovechar el tiempo que tenemos, porque no sabemos cuanto es hasta que se nos termina...
No entiendo como funciona la vida, creo que nunca lo voy a hacer, pero trato de aceptar las cosas como son y no estar cuestionando todo, como solía hacerlo hace un tiempo atrás.
El 29 de diciembre murió el papá de un amigo. Un hombre joven, de poco más de 40 años, orgulloso de su familia y que compartió con la mía el viernes antes de partir.
Nos invitó a su casa en el campo y celebró la titulación de Sebastián, su hijo, con una alegría enorme, el martes, ya no estaba. Una negligencia en el trabajo, accidente laboral que se lo llevó.
Hace algunos días operaron a la pareja de una gran amiga de mi mamá. Él era amigo de mi papá y fue en una fiesta en casa de mis viejos que se conocieron. Fue amor a primera vista, ambos estaban casados y con muchos problemas, tardaron en separarse y decidir vivir juntos. Él estuvo viviendo con su señora hasta que su hijo se tituló y, cuando sintió que dejaba todo listo, se fue con la tía Elvira para formar una nueva familia.
Vivieron juntos 11 años y cuando los mirabas, sabías que estaban tan enamorados como el primer día. Tenían problemas, discutían, pero siempre encontraban motivos para reir juntos.
Como dije recién, hace unos días operaron al tío Ruben de urgencia porque tenía la vescícula rota y una peritonitis; estuvo muy mal, pero poco a poco salió adelante. Anteayer lo llevaron a la sala de cuidados intermedios y el martes de la próxima semana le daban el alta. Estuvo con la tía Elvira todo el día, a las 9 y media de la noche sufrió una caída en el baño del hospital y falleció.
Pudo hablar con todos los que quería, pero mis papás no lo alcanzaron a visitar...
Cuando pasan estas cosas, es cuando dejo de planificar. No encuentro sentido a guardar cosas o sentimientos que pueden quedar congelados para siempre por el miedo, pero lo hago a diario. Trato de decir las cosas buenas y de no guardarme los te quiero, pero siempre termino haciéndolo, porque pienso que hay tiempo para decirlo después, pero ¿y si no lo hay?
Alea jacta est, las cartas están echadas, todos vamos con el reloj hacia atrás y es mejor aprovechar el tiempo que tenemos, porque no sabemos cuanto es hasta que se nos termina...
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