Asimov...
Muchos me han preguntado si es el mismo de la película, y sí, lo es, pero es más que eso, es un compilado de cuentos cortos maravillosamente inquietantes, que muestran un futuro tan cómodo como terrorífico, conviviendo con el complejo de Frankenstein a diario y tratando de que los robots nos sean útiles pero no esenciales.
Hay cuentos que son un chiste, como "una estatua para papá" otros que hablan de los viajes en el tiempo como quien va a comprar pan, sin olvidar que Asimov es casi como Julio Verne en su "pitonisa" descripción del futuro.
Es por eso que he rescatado un par de fragmentos de los distintos cuentos, algunos de los que más me llegaron, o inquietaron.
Enjoy it!
Las tres leyes de la robótica:
1. Un robot no debe dañar a un ser humano ni, por inacción, permitir que un ser humano sufra daño.
2. Un robot debe obedecer las órdenes impartidas por los seres humanos, excepto cuando dichas órdenes estén reñidas con la Primera ley.
3. Un robot debe proteger su propia existencia, mientras dicha protección no esté reñida ni con la Primera ni con la Segunda ley.
- "... De todos los individuos racionales que has conocido, ¿quién posee una mentalidad, un carácter y un conocimiento que tú consideres superiores a los de los demás, al margen de la forma y el tamaño, que son irrelevantes?
- Tú
- Pero yo soy un robot. En tus sendas cerebrales hay criterios para distinguir entre un robot de metal y un ser hmano de carne: ¿por qué me calificas de ser humano?
- Porque en mis sendas cerebrales hay una apremiante necesidad de ignorar la forma al juzgar a los seres humanos, y resulta superior a la distinción entre metal y carne.Tú eres un ser humano, George Diez, y más apto que los demás.
- Lo mismo me pasa a mí contigo. Según los criterios de juicio que nos han incorporado, por consiguiente, hallamos que somos seres humanos dentro del significado de las Tres Leyes. Más aún, somos seres humanos que merecen prioridad por encima de los demás." (Qué es el hombre?)
"He elegido entre la muerte de mi cuerpo y la de mis sueños" (El hombre bicentenario)
"¿Alguien podía imaginar a Jenkins en el espacio sin sentir un escalofrío? ¿Podían pensar en un congénere arrojado para toda la vida en medio de la población extraña, hostil y perversa de un mundo insoportablemente caluroso de día y helado de noche, un mundo donde el cielo era de un azul penetrante y el suelo de un verde más penetrante e intenso aún, donde el aire polvoriento se arremolinaba tumultuoso y el viscoso mar se levantaba eternamente?
Y la gravedad; ese pesado, pesado, eterno ¡tirón!¿Quién podía soportar el horror de condenar a alguien, cualquiera fuese la razón, a abandonar el acogedor hogar de la Luna para ir a ese infierno que flotaba en el cielo: la Tierra?" (Exilio en el infierno)...
Labels: hombre bicentenario
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