Aguirre, la ira de Dios...

Tengo imágenes de esa película grabadas en la cabeza y de verdad que me da escalofrío la vigencia de esta cinta del año 72.
Klaus kinsky es el protagonista y no tengo mucho que decir sobre su interpretación de Lope de Aguirre, soberbio...
Lo que me lleva a hablar de la película es el espanto que me causa ver tantos Lope de Aguirre dando vueltas en el mundo de hoy con un ternito y una corbata, tanto loco con cara de cuerdo que, sediento de codicia y poder, es capaz de manipular a muchos inocentes (digo inocentes en sentido figurativo, hoy en dia la inocencia real existe hasta los 7 u 8 años con suerte, y después de esa edad pasa a ser casi un defecto) para justificar su propio bienestar.
Locos codiciosos buscando el poder, que no tienen escrúpulos y son capaces de todo con tal de tenerlo y si es posible, tener también dinero.
Aguirre enloqueció de codicia, y bajo los delirios de poder tomó el mando de su expedición, e impuso su voluntad con desquicio y de forma cruel.
Suena familiar ¿verdad? y no hablo específicamente de quien muchos pensarían, de aquel que por demostrarle al mundo que algo de inteligencia tiene y por salirse con la suya bajo sus intereses egoístas, trae al mundo de cabeza gracias a una guerra sin sentido. Hablo de los Aguirre que vemos a diario alrededor nuestro, de esos que aprovechan su posición o la confianza de sus superiores para hacernos sentir que son "algo" más que nosotros, a los empleados públicos, que aprovechan su posición para cerrar la ventanilla con una sonrisa en tu nariz cuando has pasado dos horas esperando a que te atiendan para hacer un trámite, o los vendedores de grandes tiendas, que con prepotencia te hacen comprar lo que ellos quieren porque lo que buscas no está en el color que necesitas o en el modelo, y si no llevas nada, falta poco para que te pateen.
Hablo de la secretaria que lleva años en su puesto y se siente como una vaca sagrada. Prepotente, disfruta cada sílaba cuando te dice "no lo van a poder atender" como si estuviera comiendo azúcar y pone cara de orgasmo cuando uno llega con cara de perdido y TIENE que pasar por ella para poder hacer cualquier cosa.
El típico personaje que cree que por ser presidente de la junta de vecinos puede tratar con prepotencia a los niños de la cuadra o a quienes dudan de su gestión, el que no pide disculpas ni sujeta la puerta en el banco para quien viene detrás, el que no sabe usar las palabras por y favor en una misma frase, para el que gracias existe sin la s final y solo la usan cuando preguntan "¿y cuál es su gracia?"
Estamos rodeados de Aguirres, de personas que se creen tocados por Dios y actúan como si todos debieramos rendirles pleitesía...
Recuerdo la imagen de Aguirre rodeado de monos y se me paran los pelos, loco por el poder, gobernando la nada, queriendo gritar al viento sin que nadie le escuchara, maltratando a sus súbditos, sin querer ver que no le entienden ni le escuchan, igual que muchos que a diario vemos por acá...