Dejando todo para el final...

leyendo otro blog me di cuenta que siempre dejamos las cosas para última hora. Solo cuando sabemos que nos vamos a morir le decimos a quienes nos rodean lo que realmente sentimos, solo cuando sabemos que no volveremos a ver a alguien, tenemos el valor de enfrentarle y hacer las cosas que nunca hicimos.

Pero no entiendo porqué funcionamos de esa forma.

Hace unos días, escribí algo y lo guardé porque lo encontré malito, solo se lo mostré a mi marido y con vergüenza, porque la rima nunca ha sido mi fuerte y el escrito no terminaba de convencerme. Sin embargo, me di cuenta que si me muero ahora, nadie va a conocer lo que pienso, hago o siento, o lo que escribí esa tarde mientras reflexionaba lo amargo que debe ser el pagarle al barquero cuando debe llevarte a tu castigo eterno en lugar del paraíso lleno de paz.
Solo lo dejo acá, sin ninguna intención de que sea juzgado. Como siempre, se aceptan comentarios y espero que los hagan, pero honestamente les digo que por primera vez, no es la finalidad de este posteo...

Caronte

Mi destino está sellado,
lo hecho en vida se cobra ya
Mucho hice, poco temo,
quizás ignoro que va a pasar.

Sigue remando, sigue barquero,
las negras aguas se abren más
hunde tu remo en su frio cuerpo
apura el paso, o no llegarás.

Cierro los ojos, busco respuestas
aunque sé que no existirán
solo el silencio llena esta noche
sin abrir la boca, vuelvo a preguntar.

Hombre sin rostro, va silencioso
no da respuestas a mi clamor
miro mis manos, están vacías
no entiendo como puedo pasar.

Vuelvo a mirarlo, y toco su hombro
Rostro borroso, sin expresión
caigo despacio en medio del bote
respiro y ataco una vez más.

mientras me lleva por amargas aguas,
casi en silencio, vuelvo a preguntar
la boca seca, digo: Caronte,contesta,
¿yo también debo pagar?...