Silent Hill...
No escribo nunca de películas que sean nuevas, no sé por qué, y hoy no es la excepción.
Vi el viernes Silent Hill, una película memorable, para los fanáticos del juego, y con cosas rescatables para los que no lo son o no lo conocen.
Yo rescato de ella lo horroroso y lo perturbador que resulta su retorcida visión de las cosas cotidianas. Solo usaron bailarines y actores para hacer a los personajes quemados y deformes que habitan el lugar, los efectos digitales quedaron para recrear la lluvia eterna de cenizas y algunas plagas que trataban de terminar con la protagonista.
Muchos se esmeran en crear terrores, monstruos impensados y gigantes que llenen la pantalla con sus babas y ruiditos pegoteados, pero en esta cinta, el terror era de tamaño humano (excepto el hombre de la espada) y asquerosamente similar a una persona común y corriente...
El tipo que está amarrado en el baño, lleno de alambres de púas, o los niños de cara torcida que tratan de abrazar a Rose pidiendo ayuda mientras se queman son, francamente, escalofriantes y aunque la película no es gran cosa (de hecho, la niñita es absolutamente básica en su actuación) nos lleva a recordar que el terror no viene de lo más apoteósico o lo más asqueroso, sino de lo más básico y conocido por nosotros, de aquello que vemos a diario, pero que puede cambiar de un momento a otro: nosotros mismos...
Vi el viernes Silent Hill, una película memorable, para los fanáticos del juego, y con cosas rescatables para los que no lo son o no lo conocen.
Yo rescato de ella lo horroroso y lo perturbador que resulta su retorcida visión de las cosas cotidianas. Solo usaron bailarines y actores para hacer a los personajes quemados y deformes que habitan el lugar, los efectos digitales quedaron para recrear la lluvia eterna de cenizas y algunas plagas que trataban de terminar con la protagonista.
Muchos se esmeran en crear terrores, monstruos impensados y gigantes que llenen la pantalla con sus babas y ruiditos pegoteados, pero en esta cinta, el terror era de tamaño humano (excepto el hombre de la espada) y asquerosamente similar a una persona común y corriente...
El tipo que está amarrado en el baño, lleno de alambres de púas, o los niños de cara torcida que tratan de abrazar a Rose pidiendo ayuda mientras se queman son, francamente, escalofriantes y aunque la película no es gran cosa (de hecho, la niñita es absolutamente básica en su actuación) nos lleva a recordar que el terror no viene de lo más apoteósico o lo más asqueroso, sino de lo más básico y conocido por nosotros, de aquello que vemos a diario, pero que puede cambiar de un momento a otro: nosotros mismos...
1 Comments:
holaps miguis!
bueno la verdad que la peli ya esta harto añeja y no s nada nueva jajajaja, pero en fin, yo soy un fanatico de la saga Silent Hill y la verdad es que me encanto la peli, aunke se modifica un tanto la historia rescata lo mejor de los juegos, y bueno para alguien que no ha jugado estos creo que es una percepcion bastante buena la que obtuviste de ella, y recuerda lo mismo que dijiste miguis, a veces los miedos mas profundos son los que vienen de nosotros mismo, osea NOSOTROS MISMOS... don´t forget about it :)
http://apophys.blogspot.com
Post a Comment
<< Home