Estilo...

Las pasarelas de Milán, con mujeres delgadas, delgadisimas. Contoneando sus caderas, mientras sus diminutas cinturas apenas revelan algo de grasa, sus etéreos bracitos se balancean rítmicamente hacia adelante y hacia atrás, muertos desde el codo hacia arriba para que los hombros se destaquen como una meseta perfecta que sostiene la cabeza , obviamente de rasgos delicados y "originales"...
En el caso de los hombres el modelo es similar, poca, muy poca grasa, un estómago que parece tabla de lavadero, con músculos marcados, aunque no de forma exagerada, rasgos casi delicados, belleza andrógena que seduce a la mayoría. Mirada encandilada ( porque los ojos se entornan como si el sol te molestara, aunque sean las doce de la noche ) y labios gruesos, húmedos, una provocación silenciosa que va más allá de la ropa que llevan puesta.

Asumamos!, la vida real no es así, y no somos ni perfectos, ni delgados, ni hermosos como la mayoría de esos modelos que vemos en las revistas o en la televisión, pero algo se puede hacer con cada uno de nosotros... Siempre.
Ayer estaba con dos amigos, y hablábamos de lo bueno que sería un cambio de look para uno de ellos. Algo simple, no tan radical, la idea no era un fashion emergency, sino una ayudita para poner de forma ordenada y armónica lo que Dios le había entregado para que se presentase ante los demás. La respuesta fue la más sonora carcajada que había oído en mucho tiempo, junto a un "para mi, pensar en un cambio de look es algo tan superficial que no debiera siquiera considerarlo"
Cuando me di vuelta y miré su expresión, pude darme cuenta de que por dentro estaba colapsado y muerto de miedo.
Fuerte.
Por más que nos dio argumentos del orden "la gente tiene que conocerme por lo que soy, no por como me veo" "no me importa lo que piensen los demás de mi pinta" " El sacarse partido es demasiado superficial" o "¿a qué te refieres con estilo? ¿a que me vista cómo la gente de los comerciales? jajaja", no pudo convencerme. Solo atacaba cualquier comentario con una contra respuesta que evidenciaba que tenía miedo, al igual que cualquiera que algún dia optó por sacarse partido sin saber si la cosa daría resultados o no.
He visto a mucha gente que piensa que quienes se arreglan o se sacan partido dejan de lado su cerebro y se vuelven idiotas. Debo decirles que no es así.
Me considero una mujer atractiva, porque he aprendido a sacarme partido, y después de un par de bajones que me hicieron descuidarme un poco me di cuenta que no puedo dejarme estar, no tengo que ser una mujer fea para que se valore mi cerebro, el ser bonita me ha abierto muchas puertas que mientras pertenecí al universo nerd estuvieron cerradas, y es lo mismo para todos.
No soy de la opinión de llegar a un "Extreme make over" para sentirse bien, pero si de lograr un equilibrio entre imagen e inteligencia. Si una persona con tema de conversación es atrayente e interesante ¿por qué no agregarle el plus de una cara y un cuerpo atractivo?
Creo que no hay gente fea, solo gente que no sabe como sacarse partido, y lo peor, que tienen tanto miedo a cambiar algo y romper esa burbuja en la que viven ( porque es más fácil pasar desapercibido en ciertas circunstancias que enfrentar a un grupo de personas, aunque sea para hacer el ridículo ) que prefieren seguir con su vida tal cual, aunque en el fondo añoran el poder hacer algún cambio radical en sus vidas o en la de los demás para que los vean.
Al menos mi amigo reconoció que tiene miedo a perder el control de su vida, ¿pero el control de qué? Las mejores cosas pasan cuando pierdes las riendas y el control absoluto de las situaciones: El orgasmo es el mejor ejemplo.
Hay mujeres que tienen tan controlada la relación que no tienen orgasmos por eso. En el subconciente están dominando al hombre al hacer que él los tenga gracias a que ellas supieron entregarles placer. Egoísmo llevado al extremo.
Es triste tener miedo, miedo a perder el control, miedo a que te vean y no ser lo que otros esperan ( porque cuando te vuelves más atractivo la gente te ve más ) miedo a sentir cosas por alguien, conseguir que ese alguien sienta cosas por tí y después sufrir cuando lo has entregado todo, miedo, en resumidas cuentas, a vivir...