Día del padre...
El viernes fue un día complicado. Operaron a mi abuela nuevamente para instalarle el marcapasos y en la noche mi hermano tuvo que ir al veterinario para que durmieran al perro de la casa.
16 años tenía Chiquitín. 8 tenía mi hermano cuando se lo regalaron. Nos acompañó tanto tiempo que nadie podía imaginar que un día no estaría.
Fue triste despedirme de él y saber que ya no volvería. Cuando el Pelado llegó con él envuelto en una frazada, tenía la expresión que siempre tuvo cuando dormía. Estaba lloviendo y yo tenía que irme con Tomás sin poder llorar porque mi niño se inquieta cuando me ve con pena.
Beto lo buscó por toda la casa. Cuando vio que lo acostaron en sus cojines (a la espera de mi papá para sepultarlo junto al limonero) le hizo gracias para que se levantara y le lavó la cara para que despertara. No entendía nada, pensamos nosotros, pero al rato empezó a aullar y se quedó echado junto a su amigo.
Lo sepultaron tarde, entre mi hermano, mi papá y Felipe. Trataron de evitar que Beto viera lo que pasaba, pero él vio que sacaron a su amigo al patio y no se quedó tranquilo.
Esa noche salió varias veces buscando a Chiquitín porque nunca le gustó que se quedara afuera y pasara frío. Siempre cuidó al viejo... lealtad que no se ve muchas veces en los humanos.
Yo me fui a mi casa y Tomás fue un bálsamo para mi pena.
Ayer fui a ver a mi papá con Eddie y Tomás para tomar once con él por el día del papá. Al llegar solo salió Beto a recibirme. Detrás salió mi hermano con un overol y las manos sucias.
Pasamos y la casa estaba fría porque él estaba pintando la pieza de mi abuela con la puerta abierta y las estufas apagadas. No había más gente porque mis papás estaban en el hospital visitando a mi Man.
Dejé el regalo en la mesa del comedor y llamé a mis papás que estaban camino a la casa. Hacía frío y preferí irme a casa para no molestarlos y hacerlos correr.
Cuando llegué al departamento serví té para Eddie y para mí y me puse a llorar.
Recordé los días del padre de años anteriores, con una once y toda la familia reunida junto a la mesa, riéndonos y celebrando los regalos que mi papá abría. La casa tibia, Chiquitín ladrando y recibiendo a los invitados y mi Man afanando en la cocina.
Como cambia todo, como cambia.
Ha sido el dia del padre más triste que recuerdo. Ni siquiera celebramos el que fuera el primer dia del padre de Eddie junto a Tomás...
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