Verde

Solo un lugar donde se refleja mi ocio...

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Location: santiago, region metropolitana, Chile

Soy trabajadora por obligación y artesana de vocación. Mamá primeriza y esposa regalona. El tiempo me es esquivo muchas veces, pero los viajes en metro y micro me sirven para crear y elaborar las pequeñas cosas de las que se alimenta La tienda de Opito...

Thursday, April 09, 2009

Súper heroína...

07:05: Me levanto corriendo y, por lo general, lucho contra mi jaqueca tensional. Ahora, menos que nunca puedo tomar algo que alivie este dolor punzante que parte como un dolor de muelas (muelas sanas!!! ) y termina con la mitad izquierda de mi cabeza hecha una papa molida.

07:07: Saco una toalla, voy a la cocina, prendo el hervidor con agua casi justa para dos tazones (ahorro de energía) prendo el calefont y me meto al baño.

07:09: Me ducho mientras trato de recordar que hice el dia anterior y qué pudo quedar pendiente para hoy (sí, eso nunca se me pasó)

07:23: Siempre salgo a la misma hora de la ducha y envuelta en la toalla y la bata, vuelvo a la cocina y pongo dos tazones, uno con sucralosa y té de hierbas, el otro con leche. Rebano el tomate y pongo el pan, la mayonesa y el jamón de pavo en la bandeja

07:32: Entro a la pieza,abro la cortina. Cuelgo la toalla en el avión del patio y me cago de frío.

07:35: Me visto. 

07:40: Me instalo en la cama nuevamente con la bandeja en las piernas y trato de equilibrarla mientras me preparo un sandwich y saco las vitaminas de la caja para tomarlas. 

07:43: Eddie abre los ojos, sonríe y me dice que va a desayunar conmigo. Se duerme inmediatamente.

07:55: Termino de desayunar y trato de levantarme para ir a lavarme los dientes y maquillarme.

08:00: Sigo tratando de levantarme.

08:03: Eddie vuelve a abrir los ojos y me hace cariño.

08:05: Por fin lo consigo.

08:06: Eddie se sienta como autómata en la cama y me pide el desayuno. Dejo la bandeja en la cama mientras despierta.

08:08: Entro al baño, tomo el cepillo de dientes y le pongo pasta. Me cepillo mientras saco mi bolso de cosméticos del vanitorio y vuelvo a decir que voy a sacarlo de ahí porque me cuesta agacharme.
Tomo mi cepillo del pelo y con la mano izquierda trato de peinarme.

08:13: abro el bolso y empiezo el ritual de hacerme la cara.

08:25: Entro a la pieza, tomo la cartera. Corro a la cocina y tomo la bolsa del almuerzo. Le doy un beso a Eddie y se despide de la guagüita también.

08:30: Paso volando por el living y abro las cortinas para que entre luz. Abro la puerta y por fin voy camino al paradero.

08:33: Veo pasar la micro que me sirve a metros de mí. Después de un par de garabatos, espero la micro o un colectivo.

08:40: Sigo esperando.

08:45: pasa un colectivo y a la fuerza entro en él.

08:50: Llego al metro después del taco.

08:53: Pasa un metro... lleno.

08:57: Como en el tetris, consigo entrar al metro doblando mis piernas, dejando los brazos en alto, apretando mi cartera y blindando mi guatita. Debo tener 3 brazos para afirmarme de algo en esta posición.

09:02: Llego a Tobalaba, a la línea 1.

09:05: Entro al metro nuevamente, el calor ya no se aguanta.

09:11 me bajo en Salvador. De mi peinado ya no queda nada, mi ropa está toda desordenada y apenas recuerdo mi nombre.

09:17: Empujo la puerta del edificio y el viento me mueve el pelo. Paso mi tarjeta y llego a los ascensores (a esta altura quisiera poder volar)

09:23: Entro a mi piso y me siento a prender mi equipo.

Otro día comienza y Súper Mary ha llegado Súper Tarde...

Tuesday, April 07, 2009

No sé....

El fin de semana fue uno de esos que juntan lo que debiera pasar en un año en un solo día y, de tan intensos, te dejan en el alma una sensación tirante y desagradable.

El viernes murió Felipe cruzat, niño símbolo del egoísmo y el miedo a que te maten por ser donante. Esperó 93 días a que alguien donara un corazón para poder jugar y volver al colegio, pero nadie apareció. Como en un chiste de mal gusto, cuando murió una mujer en un accidente que días antes se había visto conmovida por la historia de este pequeño y había decidido ser donante, no pudo ayudar a los niños que lo necesitaban, sino que dejó sus riñones en el cuerpo del ministro Pérez Yoma a quien, la verdad, no le creo que haya estado en lista de espera desde el año pasado por mucho que insista.

93 días de lucha en los que su cuerpo se fue deteriorando y en los que él y su familia mantuvieron la esperanza de que alguien llegaría.

Finalmente, una hemorragia pulmonar le dañó irreversiblemente y no hubo nada más que hacer.

Todos vimos a la familia en la misa fúnebre. A los amiguitos llorando y a un montón de desconocidos acercándose a ver por primera y última vez a quien nos hizo ver la carencia de órganos que hay...

Por enésima vez.

Porque el año 2003 murió María José después de esperar 6 meses por un corazón y de dar entrevistas casi sin aire para sensibilizar a toda la gente posible.

Hoy nadie recuerda a María José. Hoy solo se nombra a Felipe y en un año quizás sea otro el que nos remueva el alma...

Es tan frágil la memoria, tan olvidable el dolor ajeno, tan endemoniadamente rápida nuestra vida que todo pasa en un segundo, sin siquiera darnos tiempo de empaparnos y aprender de lo que vemos o escuchamos.

Cuando supe de la muerte de Felipe, recordé que me hice donante el 2003, cuando murió María José, y lo hice pensando justamente en ella, en que su historia no se repitiera y en que era muy importante recordar que había mártires de nuestra indolencia. Sin embargo, no volví a recordar a esa niña de 14 años hasta que la televisión volvió a mostrarla con su sonrisa triste y sus pulmones cansados mientras pedía que apareciese alguien que le diera un corazón.

Duele.

Aunque no lo quiera, duele.

Porque la próxima puedo ser yo o cualquiera que yo conozca y me voy a ver suplicando ante una cámara o esperando en una eterna lista a que alguien decida entregar un órgano que tiene dos destinos posibles. Dar vida, o pudrirse en un cajón.

El sábado murió el Tío Lalo Parra. Con sus 90 años encima, estiró su vida lo más que pudo y le hizo varias fintas a la muerte, hasta que le hicieron una emboscada y ya no quedó otra más que ir a bailar cueca en otra pista...

Vivió su vida a concho, no le quedó nada por hacer y se fue viejo, contento y cansado...

A las 9 de la noche de ese mismo día murió Gonzalo Olave.
Esto si que no lo entiendo, por más trato de explicarme y de hallar un sentido a lo que pasó, no puedo.
Quizás podría decir que era demasiado bueno... Alimentaba a los perros vagos, era amigo de sus amigos, no tomaba y tenía millones de proyectos para llevar el teatro a toda la gente
Su gran pecado fue andar en moto, a una velocidad prudente, con casco, luces encendidas y pensar que un imbécil que venía por la otra calle iba a respetar el pare que tenía al frente.
25 años, joven, sano, exitoso y con una mirada linda de esas que dicen mucho con su transparencia...

De las 3 muertes fue la que más sentí, porque fue la más absurda y porque ver al tipo de la camioneta entregando una estampita del Padre Pío de Pietrelcina al hermano del actor y recomendándole que rezara fue una burla para todos los que valoramos en algo la vida humana.
Me cuesta creer que cuando termine la serie de chilevisión ya no habrá más proyectos ni más obras de teatro o más teleseries. Todo truncado cuando recién empezaba a proyectar...
Lo que saqué en limpio este fin de semana es que no puedo dejar las cosas para después, porque después no existe. 

Aunque suene cliché, tengo que concentrarme solo en ahora. Y eso tiene consecuencias, porque hoy llamé a una muy buena amiga del instituto y me enteré que su papá falleció el 25 de marzo. Hacía casi un año que no hablábamos y lo hicimos para eso. Nos perdimos tantos buenos momentos, tantas risas y me perdí de estar ahí cuando quizás me necesitó.

Dios, que rápido se va el tiempo, que mal vivimos y que poco sabemos aprovechar lo que tenemos....