Ya más tranquila...
No acostumbro explotar de la forma en que lo hice y el fin de semana, entre todo lo que tuve que hacer, tuve algo de tiempo para pensar.
Las personas no son como uno quisiera, uno no es como el resto quiere, pero siempre estamos esperando algo de los demás y eso es lo que nos termina causando dolor.
Tengo un par de amigos en el trabajo que no caen en el saco que hablé el viernes. Son pocos, pero valen la pena.
Almuerzo con ellos y trabajo con una. Los demás, son personas que han trabajado conmigo y han sentido que mi trabajo les ha perjudicado de alguna manera.
Qué le voy a hacer.
Lo lindo es que mi pajarito no tiene idea de diferencias ni de regalos que no llegan. El es solo felicidad y sonrisas para sus papás y tatas.
Eso me deja tranquila. Mirar sus ojitos y ver que es feliz con abrazarnos y conversar me da paz y fuerzas para seguir...
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