El suave velo que nos distancia...
Te miré desde la lejanía del comedor mientras ordenabas los pocos papeles que tenías en tu escritorio.
Quería llorar, como tantas otras veces, pero sabía que sería inútil, nada podría cambiar ya las cosas. Mis ganas quemaban dentro, como una brasa, quería gritar, decir todo lo que me ocurría cuando te veía tan lejos de mi, quería abrazarte una vez más...
Entonces, él me sostuvo, con su brazo amoroso envolvió mi cintura y me susurró con calma lo que yo no quería aceptar, con el llanto ahogado en la garganta di unos pasos atrás y recordé, con cierto orgullo, que anoche habíamos hecho el amor. Recordé tus manos tibias recorriendo mi cuerpo, tus labios dejando un rastro húmedo sobre mis pechos, tu olor y tu calidez que ahora se contraponían al frío de la ausencia. Habíamos hecho el amor, en medio de la oscuridad, rompiendo las barreras que nos separaban, obviando el espacio y el tiempo, dejando que el velo permeable del sueño nos regalara una noche juntos a pesar del abrupto despertar.
Habíamos hecho el amor, me lo repetía una y otra vez, tratando de convencerme que había sido real ...
Pero al mirar tu rostro surcado por la amargura, pude ver lo que mi fútil esperanza me escondía y terminé de creer lo que el dulce ángel que me acompañaba me había dicho... que ya no pertenezco a aquí y solo me queda esperar a que en alguna noche no muy lejana...
vuelvas a soñar que me haces el amor.
Esto lo escribí basandome en un sueño que tuve ( una pesadilla en realidad ) cada vez que lo leo me duele otra vez, es como esas heridas que nunca quieren cerrar...
Quería llorar, como tantas otras veces, pero sabía que sería inútil, nada podría cambiar ya las cosas. Mis ganas quemaban dentro, como una brasa, quería gritar, decir todo lo que me ocurría cuando te veía tan lejos de mi, quería abrazarte una vez más...
Entonces, él me sostuvo, con su brazo amoroso envolvió mi cintura y me susurró con calma lo que yo no quería aceptar, con el llanto ahogado en la garganta di unos pasos atrás y recordé, con cierto orgullo, que anoche habíamos hecho el amor. Recordé tus manos tibias recorriendo mi cuerpo, tus labios dejando un rastro húmedo sobre mis pechos, tu olor y tu calidez que ahora se contraponían al frío de la ausencia. Habíamos hecho el amor, en medio de la oscuridad, rompiendo las barreras que nos separaban, obviando el espacio y el tiempo, dejando que el velo permeable del sueño nos regalara una noche juntos a pesar del abrupto despertar.
Habíamos hecho el amor, me lo repetía una y otra vez, tratando de convencerme que había sido real ...
Pero al mirar tu rostro surcado por la amargura, pude ver lo que mi fútil esperanza me escondía y terminé de creer lo que el dulce ángel que me acompañaba me había dicho... que ya no pertenezco a aquí y solo me queda esperar a que en alguna noche no muy lejana...
vuelvas a soñar que me haces el amor.
Esto lo escribí basandome en un sueño que tuve ( una pesadilla en realidad ) cada vez que lo leo me duele otra vez, es como esas heridas que nunca quieren cerrar...